¿Cuántas personas no odian su cuerpo?. ¿Cuántas maldiciones recibe tu cuerpo al día o a la semana?. ¿Cuántas veces repites lo que no te gusta de tu cuerpo, se lo cuentas al mundo o cuantas veces repites o le cuentas al mundo lo que te gusta de él?
Si tu cuerpo funciona, camina, te lleva, baila, se mueve y te permite vivir, YA ES PERFECTO. En lugar de agradecerle, le maltratamos y le hablamos mal. Agradécele todo lo que hace por tí.
El problema es que le autoimponemos lo que creemos que nuestro cuerpo debería ser o como creemos que debería verse. Todos esos estereotipos de mujer y hombres perfectos, que publicitan por todo el mundo, para manipularnos y vendernos todo tipo de productos, en lugar de aceptarnos como somos en realidad.
Provocamos una relación caótica con nuestro cuerpo y por consecuencia, con la comida. El cambio verdadero o el adelgazamiento que estás deseando, nunca sucederá cuando atacamos y castigamos a nuestro cuerpo. NUNCA.
Esto quiere decir que aunque tengas la alimentación mas saludable, comas comida orgánica, libre de toxinas y pesticidas, te hidrates perfecto con agua alcalina, hagas un buen entrenamiento físico, emocional o mental, vas a almacenar grasa. Y ese estrés se lo pones TÚ.
Los buenos pensamientos, afirmaciones positivas, emociones de alta vibración son nutrientes esenciales que requiere tu cuerpo para no solo verse bien, sino estar bien. Para tener un metabolismo ágil, sano, libre de inflamaciones, indigestiones, estrés y sobrepeso necesitas amor propio.
Identificar tus cualidades, tus valores, tus partes más bonitas y sacarles provecho. Que tú y todo el mundo las conozca. Pero sobre todo, quitarte la culpa, la rabia, el odio y la exigencia sobre tí. Dejar de compararte con otras mujeres u hombres a quienes tú calificas como mas guapos o mas delgados o mejores. Cada vez que te comparas, te estás poniendo trabas inconscientes.
Que tu autoestima sea tan firme que no permitas que nadie te etiquete nunca más, ni tus médicos, ni tus padres, ni tus amigos, ni tú mismo.
Nuestro pensamiento altera la bioquímica de nuestro cuerpo (células), imagina lo que puedes hacer por ti, si te hablas bonito, si te adulas, si te reconoces, si te premias, si te respetas, si te quieres, si te aceptas aún con la constitución física que te tocó, aún con esa parte de tu cuerpo que no es como los modelos de publicidad, si te gustas precisamente porque tienes algo diferente. ¿ Por qué quieres ser como otros y no la mejor versión de ti ?
Por eso las dietas hipocalóricas y restrictivas no funcionan, por eso rebotas. Las dietas ENGORDAN, porque te crean tal estrés por no comer, por pasar hambre y te hace sentir tan culpable cuando rompes la dieta, que tu cuerpo empieza la producción de la hormona cortisol (la hormona del estrés). Y ésta hormona hace que almacenes grasa y particularmente en el abdomen.
AUNQUE NO COMAS, NO te prohíbas, porque lo prohibido genera mas deseo. Si te digo… no pienses en un elefante rosa… ¿Qué ocurre?. Aparece de manera automática ¿verdad?. Eso es lo que ocurre cuando te prohíbes o te prohíben algo.
¿Te has dado cuenta, que sentimos que tenemos mas hambre, en el momento en que nos ponemos a dieta? Ó, ¿por qué vivimos felizmente sin comer helado o galletas o x alimento, pero basta que te lo prohíba una dieta para que se te antoje tremendamente? ES TU CEREBRO! TE ESTÁ SABOTEANDO!
La mente-ego, intenta protegerte y no te quiere hacer pasar incomodidad y qué peor incomodidad que pasar hambre? Tienes que convencer a tu mente, es muy distinto si cambias el chip mental. Que tu elijas no comer algo porque te hace daño, porque te hace sentir mal, porque no e hace bien a tu cuerpo a que NO lo comas porque te lo prohíbe la dieta o un doctor. Que tu elijas no hacer algo porque te quieres, es muy distinto.
Cuando tu subconsciente a base del hábito entiende que tu dejas de comer algo por elección y convicción (recuerda, tienes que convencerla), dejará de interferir. No es lo mismo hacer una dieta, que llevar una alimentación saludable como un estilo de vida eterno.
No es por un tiempo, es para siempre. Entonces, no vayas por la vida juzgándote y maltratando a tu cuerpo, haciéndolo pasar hambre sin ton ni son, no cuentes calorías antes de comer, obligándolo a hacer 3 horas de ejercicio diario, hasta quedar exhausto, metiéndole pastillas para adelgazar u otros productos milagro, hablándote mal cada vez que te miras en el espejo o te pruebas un vestido, unos vaqueros o un traje de baño.
Tu cuerpo está harto de tanta exigencia y de tu expectativa tan alta. Déjalo ser como es! Deja lo que estás haciendo y dale nutrición emocional. Se mas compasivo contigo, como lo eres con los demás. Acéptate con tus características y sólo mejóralas o sácales provecho.
ÁMATE igual o más que como amas a tu pareja, a tus hijos, a tus padres. Respétate y deséate lo mejor para ti. Y una vez que te AMES, verás que no vas a querer meterle chatarra a tu cuerpo, no vas a querer que las cosas que le hacen daño entren a tu templo y ahora sí lo VAS A CUIDAR, pero desde otro chip mental, no desde la prohibición, sino porque LO AMAS LO SUFICIENTE y quien se ama, quiere lo mejor para uno.
Quien tiene salud irradia belleza. Lo que es dentro, es fuera. Visualiza la mejor versión de tu cuerpo con amor y gratitud y en eso se convertirá.